Si estás pensando en dar un cambio a tu casa, una buena opción es colocando en el suelo tarima flotante, ésta es resistente, duradera y de fácil instalación. Se puede montar sobre cualquier suelo que esté a nivel, ya sea parquet o cerámico, la condición es que esté limpio y seco.
Antes de empezar hay que forrarlo con unas tiras de espuma de polietileno para que quede aislado acústica y térmicamente. Estás tiras las vamos uniendo unas con otras mediante cinta adhesiva y montándolas, en los extremos, unos 10 cm sobre la pared.
Continuamos con las lamas de madera, empezando por un extremo de la habitación, intentando que el largo de la tarima mire hacia la ventana, para que no se aprecien los fallos que pueda tener. Hay que dejar siempre un margen o junta de dilatación que como mínimo debe ser de 5mm.
Este tipo de suelo es muy fácil de unir, ya que tiene un sistema de clic, por lo que no se necesita ningún tipo de adherente.
En la segunda hilera, las piezas se encajan, usando un sistema de machiembrado procurando evitar que coincidan las uniones de una fila con otra, para hacerla más resistentes.
En cuanto a los rodapiés deben ser de al menos 15 mm de grosor para tapar la holgura de la dilatación. Hay que presionarlo con fuerza para minimizar la junta entre él y la tarima.
Los marcos de las puertas de madera se recortan a la medida del grosor del pavimento.