Consiste en una técnica (muy de moda hace unos años), que esparce la pintura al temple más espesa de lo habitual, de tal forma que durante su aplicación aparezcan grumos que produzcan una superficie con un acabado grumoso.
Esta técnica en la actualidad se utiliza mucho menos, aunque es frecuente que las empresas promotoras lo utilicen para disimular posibles defectos.
Si en tu casa se aplicó esta técnica y quieres quitarlo, ten en cuenta que la eliminación del gotelé, además de marcas originada por el raspado, frecuentemente desenmascara defectos de ejecución originales de la pared, por lo que antes de pintar nuevamente, probablemente será necesario repasar la superficie con algunas pastas reparadoras.
A continuación:
- Moja el gotelé, con un pulverizador de agua procurando cubrir zonas de 1 metro.
- Con una espátula inclinada realiza un movimiento firme hacia arriba para ir retirando la pintura.
- Ten cuidado de no clavar los extremos de la espátula para no dejar marcas en la pared.
- Antes de pintar, debes aplicar una capa de imprimación.
- Por último, aplica la pintura que más te guste.
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