Parece que cada vez están más presentes en todos los espacios, casa, trabajo, negocios, etc. Una puerta corredera es una puerta que se abre de manera horizontal con un movimiento de deslizamiento sobre un espacio predeterminado, paralelo al lugar en el que se encuentra. Existen de tipo manual y también, sobre todo en lugares públicos o de mucha concurrencia, con sensores de movimiento que detectan la aproximación de las personas y abren la puerta de forma automática.
Hay pruebas de su uso en el siglo I en las casas romanas y es posible observar los rieles esculpidos en roca en las ruinas de Pompeya en Italia.
En la Edad Media se utilizaron puertas corredizas como puerta de acceso a las fortificaciones, pero en este casa el desplazamiento era vertical.
En la actualidad, las puertas correderas son ideales para los pisos pequeños, siendo una alternativa excelente que permite aprovechar el espacio que ocupa la puerta batiente cuando la abrimos. En un apartamento de 50 m2, colocar unas puertas correderas permiten ganar 5 m2 de espacio útil.
En el mercado podemos encontrar varios sistemas para instalar puertas correderas, por ejemplo:
- Las puertas visas, la hoja se desliza por una guía sobre la pared contigua, esto tiene una desventaja, en esa zona de la pared no se puede colocar nada, ni muebles ni estanterías.
- También podemos introducir la hoja entre la pared normal y un nuevo tabique que se levanta para ocular a la vista la hoja.
Las puertas correderas no ofrecen el mismo aislamiento acústico ni térmico que las puertas batientes.
Fuente imágenes: hola.com
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