El sofá es uno de los elementos más importantes en una casa, y es importante tener en cuenta varias cosas antes de decidirnos por uno u otro.
Prestar atención
A la medida. Si cabe es mejor elegir un sofá grande en vez de dos pequeños. Eso hará que el espacio se vea más despejado y las plazas de asiento son las mismas. Es recomendable dejar unos 20 cm a ambos lados para que no se vea encajonado.
- A la tapicería. Un sofá con la tapicería clara se verá menos voluminoso y pesado. Las tapicerías en tonos claros amplían el espacio y se integran fácilmente en la decoración.
- Al asiento. Éste puede ser continuo o convencional. Un asiento continuo se ve más ligero ya que no tiene interrupciones visuales.
- A los reposabrazos. Se recomienda apostar por diseños con reposabrazos discretos que harán que visualmente el sofá pese menos.
- A las patas. Un diseño con las patas estilizadas y a la vista es un aliado para los salones pequeños.
- A la posibilidad de elegir un sofá cama. Los nuevos sofás cama no tienen nada que ver con los incómodos diseños de hace años, pero si la cama no se va a usar de manera habitual, lo mejor es decidirse por un sofá convencional.
- A un diseño rinconero. En este caso es importante respetar las proporciones y que el sofá no se coma todo el espacio útil.
- A que el diseño cuente con arcón. Este tipo de sofás, habilitan toda su estructura para guardar y son una opción idónea en los salones pequeños, ya que se gana un espacio extra para almacenaje.
Fuente: elmueble.com
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