Las casas que están bien aisladas, bien protegidas del frío y del calor, son capaces de ahorrar energía y dinero y además, son respetuosas con el medio ambiente las conocemos como casas eficiente.
La normativa que entra en vigor en el 2020, obliga a que las nuevas construcciones, tanto públicas y privadas sean edificios que tienen ventanas eficientes con vidrios de control solar, protecciones solares practicables en la fachada, climatización inteligente y monitorización y control del consumo de agua potable, como puntos clave de la construcción.
Otro reto pasa por mejorar la calidad del aire que respiramos. Según la OMS, nos pasamos cerca del 90% de nuestro tiempo encerrados entre paredes, centros de trabajo, colegios y viviendas. Sin duda, la calidad del aire que respiramos en esos espacios influye en nuestra salud y en nuestro bienestar.
El bienestar y el confort en una casa están relacionados directamente con la salud, limitar la contaminación interior ayuda a conseguir una casa sana.
La luz natural ayuda a mejorar el estado anímico y es beneficiosa para la salud. Unas ventanas grandes y eficientes aíslan la casa de exterior, proporcionando confort térmico todo el año y reduciendo el gasto de calefacción y aire acondicionado.
Fuente: micasarevista.com
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