Las luces de Navidad se utilizan durante el periodo navideño. Esta costumbre se inicia con el uso de velas para decorar los árboles de Navidad en hogares de clase alta alemanes en el siglo XVIII.
Progresivamente fueron decorando con velas adheridas a ramas y hojas por medio de cera derretida o con simples agujas. Después, fueron adaptándose portavelas, farolillos igualmente iluminados por velas de cera y finalmente se pasó a iluminación eléctrica a principios de la década de los 1880.
Los árboles de Navidad iluminados con luz eléctrica empiezan a ser populares en entornos públicos a principio del siglo XX y es a mediados del mismo cuando se empieza a ver de manera habitual decorar edificios, calles y espacios privados con guirnaldas luminosas desvinculándolas de su origen como complemento del árbol de Navidad.
En Estados Unidos, esta costumbre toma mucha relevancia en la decoración de viviendas particulares a partir de los años 60 y a finales del siglo XX esta costumbre ya se había extendido a otros países no occidentales como Japón.
Actualmente, la fabricación de bombillas tipo Edison ha sido prohibida en toda Europa para reducir el consumo de electricidad, por lo que las antiguas lámparas se van reemplazando por diodos emisores de luz o LED.
Se suele utilizar el término general «guirnalda de luz» para denominar los elementos luminosos utilizables para decorar cualquier celebración. Pero existen formas más específicas de referirse a cada una de ellas en función de su tamaño, forma y distribución general de las fuentes de luz.
Fuente: es.wikipedia.org
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