Es posible que en tu casa tengas zonas más luminosas que otras, por eso lo interesante es provechar esas zonas y colocar en ellas las estancias que más utilicemos.
Hay que tener en cuenta que la luz se esparcirá más si tenemos pocas cosas, circulará mejor y llegará a todas partes.
A veces la luz natural es poca o no llega a todas las habitaciones, por eso es necesario abrirle camino.
Ten esto en cuenta:
- Que nada detenga la luz.
- Recuerda que el color blanco es el color que más refleja la luz.
- Procura que la luz llegue a todas partes.
- Utiliza espejos agrandamos el espacio, además rebotamos y conseguimos nuevos reflejos de sol.
- Aprovecha los rincones que reciban los rayos de sol.
- Si tienes grandes ventanales, aprovecha ese espacio para color bancos, muebles bajos o una zona de asientos.
- Si hay que dividir espacio, mejor con paredes o las puertas de cristal.
- Las cortinas interferirán lo menos posible para que entre la luz.
- Procura que la tela sea lo más transparente posible, hilo, lino, voile…
- Techos, suelo, paredes y mobiliario, todo acaba absorbiendo o reflejando la luz. Asegúrate un espacio en blanco en cada estancia y se iluminará.
- Del crudo al arena, en diferentes tonalidades también son colores luminosos.
- No tienes que pintar todo de blanco. Puedes pintar en color café con leche y añadir piezas en blanco que reflejen la luz.
- Procura que el suelo sea claro.
- Las cocinas en blanco y acero.
- Recuerda que los apliques son luz en donde la necesites.
Por último, intenta que la iluminación sea cálida y eficaz.
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