- Debes incorporar las tendencias sin descuidar lo básico. Elige solo las que van contigo y tu estilo para que la decoración del ambiente sobreviva al paso del tiempo.
- Potencia la luz con colores claros: blanco, beis o gris son perfectos para componer un salón ideal.
- Escoge una distribución adecuada al espacio, al uso y al tamaño. Ten en cuenta la luz natural. El objetivo es buscar la sensación de amplitud.
- Los muebles serán adaptados al espacio en número y tamaño. Se trata de que el tamaño de los muebles y las piezas que decoren el salón estén escogidas para ese espacio.
- Las paredes de tu salón serán únicas, bien con una librería, dejar el ladrillo de la construcción visto, con cuadros, etc.
- Hacer de tu salón un espacio que se nutra del exterior, de su luz, vistas y sensación de apertura.
- Un salón bien decorado tiene una iluminación adecuada. Las lámparas nunca sobran: de pie, de suelo, de sobremesa, apliques, candilejas en el techo…
- Las ventanas estarán bien vestidas, porque de ello depende que el sonido se amortigüe. Además, las ventanas tienen peso en la decoración general del salón. Deben ser cómodas para usarlas y adecuadas al espacio.
- El orden importa. El desorden es una de las principales causas de estrés, por eso un salón perfecto es todo lo contrario a un espacio estresante.
- Debe haber un elemento estrella que aporte personalidad y autenticidad a la decoración del salón. Puede ser un mueble, un accesorio o de un rincón.
Fuente:elmueble.com
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